Fontanario

Presentación de FONTANARIO:

Es su primera obra larga y, como en sus manifestaciones anteriores, se trata de una poesía sencilla y trémula, realizada con unos recursos que siempre han sido efectivos.

Un poemario organizado en torno a la eterna metáfora del agua, el origen de la vida, y en concreto, de su vida. Las fuentes siempre son mágicas. El camino hasta ellas tiene algo de peregrinaje, de búsqueda y su encuentro es también siempre una culminación.

Sí hay muchos secretos en el poemario, evidentemente, pero es la palpitación del momento ligado a su experiencia vital lo que la autora ha sabido transmitirnos.

Ilustraciones de MªCarmen Aldás.

Invitación de ALCAP al acto de presentación del libro
Firma de ejemplares en la Diputación de Castellón

A continuación, algunas páginas del poemario:

Del Santuario de las mil Fuentes, bebí...

De todas sus aguas, me impregné

Y conformé mi abeto vital...


Y
YO
AME
BEBI
AGUAS
AJENAS
REMOTAS
PRECISAS
VIGILANDO
ESCRUTANDO
PULSACIONES
ANTEPONIENDO
INCONCEBIBLES
TRANSPARENCIAS
ESPLENDIDAMENTE
DESPILFARRADORAS
INCONGRUENTEMENTE
DESESTABILIZADORAS

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I

Jamás el mar fue tan mar
tan inmenso, tan azul...
tan henchido de ternura
tan sereno en su bravura
como una tarde de Enero
en que mi mundo eras tú.

Aún día, mas ya temprana noche,
claroscuro de ilusiones,
impregnado de emociones
presentidas, contenidas
hasta estallar en un beso.

Fiel compañero el silencio,
huellas de amor en la arena,
pies juntos, entrelazados
que tropiezan, se separan
para volverse a encontrar...
pies de dos enamorados.

Sólo murmullo de olas,
sólo murmullo de amor.
Jamás el mar fue tan mar
como esa tarde de Enero
en que me enseñaste a amar.


I I

Una nueva luz en la mirada
presagio de una tardía primavera
en que el deseo dormido, aflora
robando sosiego a mi alma inquieta.

Aletea en el aire un misterio
que a desvelar no me atrevo.
¿ Por qué tiemblo?

Respiro hondo.
No puedo creerlo.
Si ya no quedaban misterios...

Si las ilusiones huyeron,
y los cantos y las risas
se olvidaron hace tiempo.
Si sólo quedan recuerdos...
¿ Por qué tiemblo?

¿ Acaso mi sangre
aún no estaba seca?
Tal vez me engañó y sólo dormía
despertando ahora, con inusitada fuerza
ante una mirada tierna,
ante esa caricia quieta...
Ante el amor que aún golpea
con timidez en mi puerta.

¿ Por qué tiemblo?
Si ya no quedaban misterios...


III

Hay en mi vida otra vida
que en mi interior serpentea.
Entre mis sueños anida,
tímidamente se posa
mas no enraíza en mi tierra.

Es como un soplo ligero
que una y otra vez me roza.
me empuja, me tambalea,
eterno tira y afloja
que domina a mi deseo
y hace caminar con miedo.

Una vida que no es mía.
Ajena a cuanto me inculcaron,
me hace anhelar un destino
tan opuesto a mi armonía
que de mí huye furtivo.

Así, mi caminar transcurre
entre inconciliables fuerzas.
La una hacia arriba me impulsa,
a un mundo de libertades
donde importa más ser uno,
aún siéndolo en contra de todos,
que no lo que piensen otros
que debiera de ser ese uno.

Es mi otra fuerza hacia abajo,
la que me obliga a la tierra,
con su realidad de fatiga,
de apatías y rutina.
La vida sin sobresaltos.
La vida de línea recta.
La vida que llevan todos...
Donde es insólito pensar
y quitarse la careta.


I V

Por no vivir el dolor
de un amor desencantado,
estancado en la rutina,
vivido sin ilusión, tan solo por compasión...
Te diré hoy adiós, mi amor.

Por no ver llegar el día
en que tu boca, ahora ardiente,
me bese sin convicción,
con desgana, sin calor, solo por obligación...
Te diré hoy adiós, mi amor.

Para que la indiferencia
no sea nuestra razón.
Por no ver tu desamor
empañando la mirada, rozando casi el rencor...
te voy a decir adiós.

Para que en tu vejez,
en las horas del ayer
me recuerdes siempre así:
con nostalgia, con temblor, casi con veneración...
Te diré hoy adiós, mi amor.


V

Te desvaneciste, vagamente...
Como se deshilvana la niebla en primavera
apenas la luz primera, sorprende al caminante.
De repente.

Te alejaste...
Sin volverte, como la negra tormenta traicionera
estalla cegadora, asustando con su rayo de muerte.
Bruscamente.

Al alejarte, te vi insignificante,
punto diminuto tallado en el horizonte.
Menguaba tu sombra, crecía mi libertad.

Y no te lloré.
No quise gritar.
Ya no te sufrí.

Aspiraba con ansia una nueva savia.
Dejé que la lluvia borrara tu huella
y la suave brisa robara tu aroma.

Quedé limpia de ti.
Y me descubrí a mí.

Ahora sé que nunca fuiste real.
Espejismo creado en mi ansia,
vago deseo en cristal tejido
al que el eco de un leve suspiro
de pronto, obligó a estallar.


V I

Nunca el tiempo
pudo encorsetarse.
Ni los días medirse,
o los años contarse.

Sus flecos huyen a nuestra memoria.
Y los barcos escapan,
sus viajeros se alejan
en el anonimato de un mar transparente.

Se confunde el horizonte
entre los azules bosques del poniente.

El engaño del tiempo aprisiona
en sus fauces al ingenuo viajero,
que fantasea,
y aún juguetea...
ajeno a la traicionera trampa
en que la eternidad
implacable, le encierra.


V I I

Sé que me va a faltar tiempo
para explorarme,
para descubrirme,
para concretarme
e incluso, para amarme.

Es probable que algún día
lejos ya de este inexacto lugar,
de esta bruma persistente,
de este tiempo breve y mudo
empedrado de preguntas,
de gritos sin eco
y lazos sin nudo,
llegue de pronto
y por sorpresa,
la Respuesta.


VIII

Nadie.
Ningún pretexto.
Nunca más.
No.

No más preguntas
flotando en el aire.
Nunca más promesas
perdidas en el mar.

A nadie esas respuestas
que exigen antifaz.

Hoy digo no.
Nunca más.
No.